viernes, 31 de agosto de 2012

Una entrevista de Félix Luis Viera a Ena Columbié

                                Ena Columbié: Foto de Lía Alarcón
 
 
Por Félix Luis Viera

Ena Columbié, Miami

“Es Miami la ciudad que me abraza, que me ha dado los mayores placeres como intelectual y artista”

 
Ena LaPitu Columbié. Nació en Guantánamo. Es licenciada en Filología. Ha obtenido numerosos premios en crítica literaria y artística, cuento y poesía. Tiene publicados los libros: Dos cuentos (Narrativa. Cuba, 1987), El Exégeta (Crítica literaria. Cuba, 1995), Ripios y Epigramas (Poesía. USA-2001), Ripios (Poesía. USA-2006), Solitar (Poesía EE UU, 2012) Y Las horas (Antología, E UU, 2011). Ha sido publicada en las antologías: Lenguas Recurrentes (Cuba, 1982), Lauros (Cuba, 1989), Epigramas (Cuba, 1994), Muestra Siglo XXI de la poesía en español (EE UU, 2005), La Mujer Rota (México, 2008) y Antología de la poesía cubana del exilio (España, 2011) entre otras. Co-dirige las editoriales, EntreRíos y AlphaBeta. Ha colaborado en publicaciones como La Araña pelúa, de París, y las revistas norteamericanas La Peregrina Magazine, Linden Lane Magazine, ¿Qué pasa? y Decir del agua; así como en diversos proyectos privados independientes. Reside en Miami, Florida. Fotos suyas han sido publicadas en periódicos, revistas especializadas en arte, (en sus versiones de papel y online) y en otras publicaciones seriadas; también han ilustrado libros y trabajos de poesía y ensayo en varios blogs, periódicos y revistas especializadas en arte. Muchas de sus obras tanto de fotografía como de pintura forman parte de colecciones privadas y de galerías. Ha expuesto en Ecuador, México y Estados Unidos. Dirige el blog de Ensayo y Crítica artística y literaria El Exégeta.

 
 ¿Por qué decidió vivir fuera de su país?
  Ena Columbié (EC): Siempre fui una rebelde inadaptada. Estuve marcada por eso y porque mi abuelo fue Representante a la Cámara en el Gobierno de Batista. Todos los ojos estaban en mis acciones, no tenía libertad y nunca he tenido miedo para decir lo que quiero. Tuve muchos problemas.

 ¿De qué manera salió de Cuba?
  EC: Legal, pertenecía a un grupo disidente y se dio una cobertura.

 ¿Le ha resultado muy difícil adaptarse al sitio en donde reside hoy?
  EC: Ahora me adapto a cualquier situación, cuando tienes la libertad de decidir tu libre albedrío, dejas de luchar contra todos y comienzas a vivir un poco más pacíficamente, sabes que puedes revertir una decisión mal tomada y emprender otro camino. Tienes las riendas de tu vida. De todas formas, nunca he sentido que un lugar determinado es mi casa.

 ¿Cuál ha sido su trayectoria artística en su actual lugar de residencia?, ¿qué logros ha obtenido?
  EC: Cuando vine de Cuba estaba en un buen momento como intelectual —dentro de lo que cabe, en lo que conocemos—, había publicado algunos trabajos y un libro. Por situaciones a las que la vida nos enfrenta, tuve tiempo de escribir y crecer mucho, en California; pero es Miami la ciudad que me abraza, que me ha dado los mayores placeres como intelectual y artista. Mi literatura ha madurado, el tiempo y el crecimiento se imponen si tienes una meta fija, y también, aquí está la mayoría de los amigos que escuchan y nutren. Hay un grupo de intelectuales y artistas de mucho valor en Miami. También pude estudiar académicamente un poco más y mi arte es ahora más sólido. He publicado bastante, a fin de año sale un libro de cuentos, y para el año que viene estoy preparando dos de ensayo y una de las dos novelas que escribo. He hecho más de 20 exposiciones personales y colectivas en cuatro años, y he expuesto en Ecuador, México y Estados Unidos. Estoy contenta.

¿Qué opina de la sociedad de la que ahora forma parte?
EC: No es el mejor de los mundos posibles, pero aunque esto sea un slogan, la realidad es que oportunidades las hay, solo debes estar en el lugar correcto a la hora correcta, y no dejar escapar la suerte. ¡Ah! y sobre todo, nunca tener miedo a los retos. No hay que asustarse, pa’lante.

 ¿Alguna otra observación para los lectores de Cubaencuentro?
 EC: Eso, que enfrenten la vida sin miedos y si lo sienten que no se asusten, es de humanos; pero que tampoco se detengan.

 
Entrevista publicada originalmente en cubaencuentro el 22 de agosto de 2012.

jueves, 30 de agosto de 2012

martes, 28 de agosto de 2012

Un poema de Joaquín Gálvez


 
Otra acepción de la lluvia

 

Cuando yo contemplo la lluvia, vuelvo a conversar con mi padre.

Acaso porque la lluvia es su rostro ubicuo,

el territorio donde siempre se reúne con este hijo

que se fue al extranjero.

 

Mi padre y yo fundamos una comunión:

un juego que se sigue extendiendo en la lluvia.

Y así, a prueba de lluvias,

nos descubrió Gene Kelly en un anfiteatro de barrio.

Y la memoria se convirtió en la mejor pesca del riachuelo

-el mapa que lo libera de una geografía anodina-.

Por eso, junto a mi padre, en aquel estadio

ningún juego se suspendió por lluvia.

Y en cualquier parque, y en cualquier feria,

y en todo carnaval de la intemperie,

la lluvia nos ofrendó su lealtad cual infalible techo.

 

Y ahora sé por qué llueve:

nunca nos separamos en el espíritu de la lluvia.

 

domingo, 26 de agosto de 2012

"Doces mensajes a Hercules", de Elvira de las Casas: fotos y palabras de presentación

 





 





 

 

 
Transcripción de las palabras introductorias dichas por Rodolfo Martínez Sotomayor durante la presentación por la Editorial Silueta de la novela Doce mensajes a Hércules de Elvira de las Casas

 
Buenas noches, muchas gracias a todos por su presencia. Es meritorio que estén aquí y no abarrotando las tiendas, apertrechándose para un ciclón patrocinado por Home Depot.

Para elevar el tono, he de evocar a Borges, quien nos enseñó que las personas prefieren lo personal a lo general y lo concreto a lo abstracto, he de decir entonces que es para mí un día especial, no sólo porque la Editorial Silueta presenta un nuevo libro. He de redundar diciendo que no sólo se trata de una excelente novela sino que la autora es una excelente amiga.

Conozco muchos buenos escritores que no son amigos y tengo muy buenos amigos que no son escritores, pero cuando ambas excelencias convergen, es un motivo doble de celebración.

El día en que recibí una llamada de Yvonne López Arenal, hablándome sobre la novela de Elvira, mi memoria se trasladó hacia algunos años atrás, cuando la conocí. Ese día fue un aval de Geoffrey Chaucer, cuando dijo que “si queremos actuar sabiamente, debemos siempre escuchar a las mujeres”. Recuerdo que con intervalos de copas de vino, unos “manganzones” leían sus cuentos, entre ellos yo, mientras Elvira casi tímidamente, parecía pedir permiso para leer uno. En realidad  nos salvó la noche y confieso que fue lo mejor que se leyó.

Algunos años después, mientras caminaba junto a Eva por la avenida de Ponce de León, me encontré con un consagrado escritor, visiblemente resentido o malhumorado. Él me decía que venía de una ceremonia de premiación de un concurso de cuentos, del que evidentemente no había sido el ganador, sino que la premiada fue una tal Elvira de las Casas, a la que nadie conocía y que además de eso, ni siquiera se presentó.

Mas tarde supe que Elvira se había marchado de Miami para los Estados Unidos, es decir, para Nueva York.

Me alegró verla, un tiempo después, durante una presentación de Silueta y descubrir su faceta de pintora con una exposición en el teatro Akuara.

Vino después la llamada de Yvonne y el resto es historia, el placer de adentrarse en el universo de ficción creado por Elvira. Ese pueblo mítico llamado Hormiguero del Campo y sus habitantes, su narrativa que atrapa desde las primeras páginas, llenas de humor y misterio, de intrahistoria y leyenda. En fin, sus Doce mensajes a Hércules, la maravillosa novela que el escritor y periodista Luis de la Paz nos presentará.

 
Muchas gracias.



DOCE MENSAJES A HÉRCULES

 
Por Luis de la Paz

 
            Hormiguero del campo, “pueblo polvoriento donde el tiempo parecía transcurrir más despacio que en el resto del mundo”, enclavado en las faldas de la cordillera del Escambray, en Cuba, es el marco de Doce mensajes a Hércules, la primera novela de Elvira de las Casas, publicada por la Editorial Silueta. Aunque el título parece remitirnos al Hércules de la mitología griega, obligado a realizar doce trabajos de leyenda, en realidad si algo vincula al viril Hércules, hijo de Zeus, con el campesino caribeño que nos entrega Elvira, serían los retos iguales en número. Uno lucha contra el Can Cerbero, el otro logra mantener en jaque a las fuerzas represivas, que como se sabe son las encargadas de salvaguardar las puertas (y las ventanas) del infierno, por lo que devienen en una representación moderna y castrista de temible Can.  

            Que yo conozca no hay en la literatura cubana del exilio una novela que se desarrolle teniendo como escenario los sucesos del Escambray. En cuento está Historias de la otra revolucion, libro de Vicente Echerri, y como legado documental hay importantes libros, como Cuba en guerra de Enrique Encinosa, así como los materiales recabados por el Instituto de la Memoria Histórica Cubana Contra el Totalitarismo que dirige Pedro Corzo, destacando en particular Cuba, desplazados y pueblos cautivos. Pero una novela, creo que sólo Elvira de las Casas ha acometido tal empresa. Por lo antes dicho, pienso que debo apresurarme a señalar que Doce mensajes a Hércules no es propiamente un libro sobre el Escambray, sino que cada uno de los vecinos de Hormiguero del Campo (pueblo ficticio, pero perfectamente localizable, no hay duda de su ubicación), en la región central de Cuba, tejen con sus vivencias, los eventos que tuvieron lugar en su comunidad durante la década del sesenta, en el período de la llamada Limpia del Escambray.

Los personajes: Pura, la comadrona del pueblo; el capitán Lorenzo Arteaga; el Dr. Porfirio Mendoza; Eulalia, su esposa; Rodrigo el taxista; Gabriel Arcángel, militar y enano; Fermín Madrigal, poeta e historiador de Hormiguero del Campo; Rudolf Eisenhand, coronel alemán de la temida Stasi; Horacio el barbero; Urbino el boticario; Margarito el afeminado que estuvo en la UMAP, entre otros memorables pobladores, fortalecen con sus vidas y labores cotidianas las distintas aristas de este thriller.

Elvira de las Casas nos entrega una novela perfectamente estructurada, cuidada hasta en los detalles que parecen menos relevantes. Como lector, siento el diario vivir de los habitantes de la comarca. Gente próspera y trabajadora, que ha logrado abrirse paso con su propio esfuerzo. No hay terratenientes, ni explotadores. Cada uno sus habitantes ha contribuido a levantar un pueblo (su pueblo) que, a punto de cumplir cien años de existencia, tiene una historia que contar, que Elvira, con imaginación, una prosa fluida, costumbrista, elegante y sazonada con mucho humor, nos entrega.

En Hormiguero.., como prácticamente en toda Cuba, con la llegada del castrismo y la instauración de un régimen socialista, se altera el orden social. La revolución castrista, desde sus inicios comienza a inmiscuirse en la vida privada y a cometer desmanes, con cientos de fusilados tras juicios sumarísimos y con pocas garantías, intervención de negocios, cambio de moneda y una larga lista de atrocidades encaminadas a revertir el orden establecido, que si bien no era ni remotamente perfecto, al menos era sustancialmente armónico.

Quienes se oponían a las nuevas normas, iban a parar a prisión, al exilio, o marchaban a las montañas del Escambray para combatir al gobierno militar  que se imponía en la isla. Muchos se unieron a los grupos de alzados, entre ellos el comandado por José Manuel Cabargas (personaje de esta novela), quien con sus hombres enfrentaban al sistema castrista.

En medio de la cotidianidad de Hormiguero del Campo, estaban quienes ayudaban a los alzados con comidas y con avisos (mensajes) que los alertaban sobre las acciones del ejército y la milicia. De esa manera van llegando los mensajes al escurridizo Hércules. Pero, ¿quién es su contacto?, ¿quiénes ayudan a los alzados?, ¿qué hacen para poner en ridículo al oficial alemán y sus tácticas? Esa es parte de la trama de esta novela de aventura, con matices detectivescos que hoy presentamos.

A medida que el lector penetra en estas páginas, no sólo va descubriendo las situaciones de cada familia. También siente cómo se fragmenta y empobrece la comunidad, con el cierre de comercios, las carestías que a modo de agenda política va implantando el nuevo régimen. Cómo las relaciones se hacen prudentes por temor a la delación. Cómo la familia se desmiembra. Cada uno de los doce capítulos de este sobrecogedor libro termina con el testimonio, de alguien que desde el exilio, recuerda su pasado en Hormiguero del Campo.

Elvira de las Casas nos brinda una novela que se puede ver como una película. Pienso que la autora dibujó, como hacen los cineastas, cada escena antes de escribirla, porque la estructura narrativa es perfecta. Sólo me queda recomendar la lectura de Doce mensajes a Hércules, porque de seguir hablándole (o leyéndole) podría cometer la imprudencia de revelar más detalles de los que debo, y porque les estoy quitando la oportunidad de escuchar a la verdadera figura de esta noche, a Elvira de las Casas.

 
Palabras pronunciadas en la presentación de la novela, de Elvira de las Casas, Doces mensajes a Hércules, en La Otra Esquina de las Palabras, Café Demetrio,  el viernes 24 de agosto de 2012.

sábado, 25 de agosto de 2012

Today: "Concerning the Spiritual in Art"


The collective art exhibition "Concerning the Spiritual in Art"

Opening Reception: August 25, 7:00 pm

172 West Flagler, Miami FL 33130

miércoles, 22 de agosto de 2012

Este viernes, presentación de "Doce mensajes a Hércules", de Elvira de las Casas, en La Otra Esquina de las Palabras


La Otra Esquina de las Palabras
invita a la presentación de la novela 
Doce mensajes a Hércules,
de la escritora Elvira de las Casas.

Presentación a cargo de Luis de la Paz.

Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
305-448-4949
Viernes, 24 de agosto de 2012 -7:00 p.m


ELVIRA DE LAS CASAS nació en Cienfuegos, Cuba, en 1955. En 1981 se graduó de Licenciatura en Lengua y Literatura Alemanas en la Universidad de La Habana, y trabajó como traductora y periodista radial hasta 1991, cuando llegó a los Estados Unidos. Desde entonces ha trabajado como editora en varias revistas de entretenimiento y Doce mensajes a Hércules es su primera obra de ficción publicada.





Cortesía: Revista Conexos

lunes, 20 de agosto de 2012

Presentación del libro "Asídesencillo": fotos y palabras de Rodolfo Martínez Sotomayor












Asidesencillo y la crítica inflexible

Por: Rodolfo Martínez Sotomayor         


La Editorial Silueta presenta hoy el libro Asidesencillo, cinco poetas cubanos en los Estados Unidos. Aunque adjetivar es casi un pecado de lesa humanidad en poesía, y más aun tratándose de los poetas agrupados aquí, me atrevo a recurrir a esa falta y decir que se trata de poetas de larga, destacada y laureada trayectoria, algunos. Son ellos José Kozer, Rolando Jorge, Alejandro Fonseca, Pablo de Cuba Soria y Michael Miranda. Cinco poetas que han escogido a un antologador y no viceversa: Se trata de José Prats Sariol, quien partiendo de determinadas preferencias estéticas articuladas por la subjetividad y justificadas por un criterio unificador, accedió a escribir un lúcido prólogo en el que no cae en adulaciones con anhelo exegético, tan comunes en estos días al género recopilatorio. Ese es otro de los aspectos positivos de una muestra muy destacable, y con vida propia en el proliferante mundo de las selecciones.

La diversidad es un rasgo distintivo de la libertad. La creación poética no es ajena a este dogma. Tratar de interpretar, de abrir el entendimiento a una propuesta, es un hecho más complejo que juzgar, cuando se parte de un canon pre-establecido.

Escritores, críticos y grandes editores han desviado a veces la ruta, y han abrazado al ego incontrolable al tratar de determinar lo que es y lo que no es, según su criterio personal. Un canon no es una opinión. El mejor crítico es el tiempo. Y ese juez implacable con las palabras, ha condenado más la necedad de errados juicios que a su destinatario. Victor Hugo, por ejemplo, dijo que Stendhal murió sin saber lo que era escribir, y ese torpe juicio sobre uno de los grandes exponentes de la novela psicológica lo perseguirá siempre. El famoso rechazo de André Gide al manuscrito de En busca del tiempo perdido de Marcel Proust, fue una culpa que arrastró por el resto de su vida. Dublineses de Joyce fue rechazado por veintidós editoriales que nadie recuerda. Otras veinte veces, su obra inmortal Ulises, recibió rechazos que acusaban a aquellos párrafos de enrevesados, incoherentes, disparatados y lo poco que se entendía, de obsceno y escandaloso.

Virginia y Leonard Woolf, quienes tenían una editorial, fueron autores de uno de esos rechazos. La creadora de Orlando, comparaba al Ulises con indecentes páginas que eran como el sarpullido de un niño.

También existe un crítico y editor español reincidente en errores, memorables, es el caso de Guillermo de Torre, quien le rechazaría a Neruda el manuscrito de Residencia en la tierra, diciendo que “no veía ni entendía nada y no sabía que se proponía con él”. Veinticinco años después, trabajando en la Editorial Losada de Buenos Aires, volvería a cometer otro error, rechazando el manuscrito de un joven escritor de Aracata en Colombia, diciéndole que se dedicara a cualquier cosa, menos a la literatura, se trataba de La hojarasca, de Gabriel García Márquez, una especie de preludio de Cien años de soledad. En fin, podría pasar la noche argumentando el hecho evidente de que el único juez justo y crítico certero es el tiempo. La Editorial Silueta, celebra cada lanzamiento, sabiendo que sus autores poseen ese arbitrario don del talento. Y ese es el caso de la selección que hoy presentamos ASíDESENCILLO, los años dirán el resto.

domingo, 19 de agosto de 2012

Lilliam Moro en La Otra Esquina de las Palabras (vídeo I y II)

Cortesía: Ernesto G.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Este viernes, presentación del libro "Asídesencillo", en La Otra Esquina de las Palabras



La Otra Esquina de las Palabras invita a la presentacion del libro Asidesencillo, cinco poetas cubanos en USA (Editorial Silueta, Miami, 2012).

José Kozer, Alejandro Fonseca, Rolando Jorge, Michael H. Miranda, Pablo de Cuba Soria.

Presentación a cargo del poeta Juan Carlos Valls.

Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
305-448-4949
Viernes, 17 de agosto de 2012. 7:00pm

Lilliam Moro en La Otra Esquina de las Palabras: fotos y palabras de presentación












LILLIAM MORO Y LA DIGNIDAD DEL LENGUAJE

Conocí a Lilliam en La Habana a principios de los años 60, cuando ambos éramos muy jóvenes y queríamos darnos a conocer como escritores.  Después, en este medio siglo transcurrido desde entonces, nuestra amistad se ha reafirmado y nuestro intercambio se ha enriquecido. Presentarla esta noche es para mí un honor, una satisfacción excepcional: una ocasión de manifestar el respeto y la admiración que siento por su obra literaria; pero también es algo más: un festejo de familia.  Con Lilliam no me unen vínculos de parentesco, sino lazos de otro tipo de familia, una familia que se basa en la hermandad de espíritu y en las convicciones comunes con respecto a la creación artística y a la misión del escritor.  Una familia más natural y constante, que nunca se define en unos días ni en unos meses, sino que crece muy despacio, durante largo tiempo, sobre vivencias esenciales y entrañables.

Muchas de esas vivencias que tenemos en común ocurrieron, como es usual entre cubanos de hoy, en el terreno donde los poderes políticos asestan sus conocidos zarpazos. También a ella esos poderes trataron de imponer una conducta falsa, una identidad mutilada. Ante esa hostilidad de quienes prevalecen por la fuerza de las armas o por la demagogia, o por otros métodos más viles aún, Lilliam ha adoptado siempre una actitud ecuánime, diáfana, limpia: se ha puesto sin vacilaciones del lado de la verdad, de la bondad y la esperanza, no del lado del egoísmo ni del resentimiento y la frustación.  Es decir, ha buscado salvarse en la dignidad de la palabra, en la expresión genuina y honesta, que sólo nace de la libertad y se nutre de la libertad. Nunca se ha dejado llevar por el rencor, muy humano pero a menudo estéril, ni por la amargura, que tanto puede corromper o lastrar al individuo; no, ella ha encontrado refugio en la palabra plena, digna, en su belleza y sus conquistas permanentes.

La obra de Lilliam Moro es un buen ejemplo del valor de la expresión literaria como manifestación de resistencia: su poesía y sus narraciones siempre han reclamado un puesto en el enfrentamiento con la Historia, pero han ocupado ese puesto sin aspavientos ni estallidos, con un lenguaje firme y sosegado, con una claridad que proviene de la firmeza y de la magnanimidad. Su actitud no es un rechazo a la necesidad de señalar el crimen; es, por el contrario, una manera habilidosa de lograr que las dimensiones monstruosas de ese crimen queden a la luz, patentizadas en imágenes certeras e indelebles. La suya es una batalla a largo plazo; su obra mira a lo lejos, con la frente en alto, sin temor, y se enfrenta airosa a las siniestras fuerzas que han intentado aniquilarla. Su voz nos trae un canto a la nobleza y a los demás valores positivos de la criatura humana, que son intemporales por definición, y por lo tanto indestructibles.

Reinaldo García Ramos

[Texto leído el viernes 10 de agosto de 2012 en el Café Demetrio, de Coral Gables, Florida, para presentar una lectura de Lilliam Moro]

LILLIAM MORO nació en La Habana en 1946 y salió de Cuba en 1970 hacia España.Estudió en la Escuela de Letras de la Universidad de La Habana. Perteneció al grupo de jóvenes escritores de las Ediciones El Puente.Ganó el Primer Premio de Poesía en Concurso celebrado entre las Escuelas de Letras de las Universidades de La Habana, Las Villas y Oriente, con su poemario El extranjero, en 1965. Participó en el primer recital de poesía y canciones de feeling que tuvo lugar en El Gato Tuerto en 1964.Publicó críticas literarias y poemas en el periódico El Mundo, y en las revistas Unión, La Gaceta de Cuba, Bohemia y Casa de las Américas durante la década de 1960. Ha publicado los poemarios La cara de la guerra (Madrid, 1972), Poemas del 42 (Madrid, 1989), Cuaderno de La Habana (Madrid, 2005), y sus poemas han aparecido y han sido comentados en diferentes antologías, publicaciones periódicas y ensayos de España y Estados Unidos. En la boca del lobo obtuvo Premio de Novela en Madrid en 2004

 Fotos: Ernesto G.

lunes, 13 de agosto de 2012

Cuatro poemas de Francisco Larios





destino del poeta acongojado

no le sedujo la entraña

de cóleras feroces

no quiso escarnios amargos

sin descanso;


supo hirsuto el territorio de la herencia:

piel vaciada y máscara ritual;

en el resuello del venaje seco, rumores.


            No escogió su suerte, amar

evanescente la sospecha,

perpleja la saeta,

el secreto; la libación, la conjetura

la puerta, el orificio, el jadeo en las

malezas, el vapor


No tuvo culpa ni mérito, fue

una maniobra más, un deus ex machina --o un

infortunado coincidente


             En el magnífico caos, una manera más

de manar, de romper la falsa costra del destello

y exhibir en todo su vigor

el corazón.


sobre la noche de los tiempos

¿cómo llegamos a olvidar el inicio?

¿qué conversación dejó de fuera la fecha de llegada?

¿no fue siempre sorprendente estar aquí?

¿quién rompió la cadena, el círculo?

¿qué maldad fracturó de tal manera la memoria?

¿qué indiferencia un día ignoró la anécdota del padre?

¿qué padre quiso esconder, y qué escondía?

¿qué causa de orfandad es ésta?


sonidos antes del poema

un temblor desde el centro de la tierra


un ejército de

roncas

ondas

avanzando,


            fe de superficies,

rastro

de piedras trituradas.


            Tiene voz la oscuridad.


cálculo de probabilidades

una araña entre diez mariposas


El escritor Juan Carlos Valls habla sobre el libro Asídesencillo, de la Editorial Silueta



Cortesía: Ernesto G. Revista Conexos

sábado, 11 de agosto de 2012

Presentación del libro Asídesencillo, en La Otra Esquina de las Palabras




La Otra Esquina de las Palabras invita a la presentacion del libro Asidesencillo, cinco poetas cubanos en USA (Editorial Silueta, Miami, 2012).

José Kozer, Alejandro Fonseca, Rolando Jorge, Michael H. Miranda, Pablo de Cuba Soria.

Presentación a cargo del poeta Juan Carlos Valls.

Café Demetrio 300 Alhambra Circle, Coral Gables
305-448-4949
Viernes, 17 de agosto de 2012. 7:30pm

miércoles, 8 de agosto de 2012

Este viernes, encuentro con la poeta Lilliam Moro en La Otra Esquina de las Palabras


La Otra Esquina de las Palabras invita a un encuentro con la poeta cubana Lilliam Moro.

Las palabras de presentación estarán a cargo del poeta y escritor Reinaldo García Ramos.

Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
305-448-4949

Viernes 10 de agosto-7:00 p.m.

LILLIAM MORO nació en La Habana en 1946 y salió de Cuba en 1970 hacia España.Estudió en la Escuela de Letras de la Universidad de La Habana. Perteneció al grupo de jóvenes escritores de las Ediciones El Puente.Ganó el Primer Premio de Poesía en Concurso celebrado entre las Escuelas de Letras de las Universidades de La Habana, Las Villas y Oriente, con su poemario El extranjero, en 1965. Participó en el primer recital de poesía y canciones de feeling que tuvo lugar en El Gato Tuerto en 1964.Publicó críticas literarias y poemas en el periódico El Mundo, y en las revistas Unión, La Gaceta de Cuba, Bohemia y Casa de las Américas durante la década de 1960. Ha publicado los poemarios La cara de la guerra (Madrid, 1972), Poemas del 42 (Madrid, 1989), Cuaderno de La Habana (Madrid, 2005), y sus poemas han aparecido y han sido comentados en diferentes antologías, publicaciones periódicas y ensayos de España y Estados Unidos. En la boca del lobo obtuvo Premio de Novela en Madrid en 2004

martes, 7 de agosto de 2012

El arte que mueve al mundo en el octavo número de Blogger Cubano



“El arte y la cultura mueven al mundo tanto o más que la propia política”, dijo alguna vez el pensador de origen hindú Jiddu Krishnamurti, y muy probablemente tenía razón. De hecho, el arte y la cultura también influyen directamente a la política. Desde estos presupuestos, y relacionándolo con nuestro anterior número dedicado a “La cultura alternativa en Cuba”, es que concebimos el Dossier de esta octava propuesta de nuestra revista, “El arte que mueve al mundo”, una mirada complementaria que aspira a cerrar el círculo abierto en la pasada edición.

El presente Dossier constituye un recorrido por el arte y la cultura disidentes alrededor del planeta, sin perder por ello de vista el caso cubano, ejemplificado esta vez por los performers Ana Olema y Luis Eligio, y el plástico José Ángel Vincench. Así, desde una perspectiva representativa, dedicamos artículos a Marzieh Vafamehr y Jafar Panahi, cineastas independientes iraníes; al artista Ai Weiwei y al escritor Liu Xiaobo, ambos disidentes chinos; a la performer y bloguera egipcia Aliaa Elmahdy, amenazada tras su destape en Internet en protesta por la violencia de género y los acosos que sufren las mujeres en su país; al periodista y bloguero etíope Eskinder Nega y al historiador y ex primer ministro estonio Mart Laar.

Desde Nueva York, el escritor y activista cubano Alexis Romay cierra con broche de oro este Dossier, haciéndonos partícipes de su experiencia personal con Estado de SATS y Omni Zona Franca, dos de los colectivos más destacados, en su naturaleza multidisciplinaria, de la cultura independiente en Cuba.


Cortesía: Blogger Cubano

domingo, 5 de agosto de 2012

Irene López Kuchilán en La Otra Esquina de las Palabras (video I)

Cortesía: Ernesto G. Revista Conexos

sábado, 4 de agosto de 2012

"Antes de que se me olvide", de Irene López Kuchilán: Fotos y palabras de presentación















LLUVIA (IR)REVERSIBLE

La memoria, esa sinapsis eléctrica que construye un hipertexto más complejo y total que cualquier moderna plataforma interactiva: memoria de olfato, mutilaciones, es arcilla y guijarro. Mientras más distante en el tiempo más maleable, más sembrada en el viento, mientras más cercana, menor es su resiliencia. El ayer es un muro y el anteayer un páramo. El pasado es fósil, arqueología, escombros, huella. Cuando se pretende ser fiel debemos inexorablemente traicionarlo. Allí donde la semántica, diario que se escribe solo, emborrona algún registro, viene la memoria a llenar los lapsus con la ficción y los anhelos. Esa relación pasado-memoria-olvido es a menudo tan arbitraria que como un lego intangible podemos alterarla a nuestro antojo. Tiene nodos visibles, puntas de iceberg, es cierto; pero no por eso su estructura es menos artificial ni su capacidad de selección menos volitiva. Nunca lo recordamos todo —ni siquiera es fisiológica y emocionalmente necesario, o digamos recomendable— así que cualquier relato existencial se asiste en primera instancia más de la reinvención que de la memoria. Tampoco esta relación, por más que la idea resulte peregrina, se ajusta a un eje cronotópico, un arquitectónico timeline: es por el contrario más bien rizomática, extensiva y atemporal. Cuando se intenta recordar-reescribir el pasado asistido de la memoria, el suceso, los eventos, vendrán tamizados de nuestras experiencias actuales y de una sutil proyección en la que se recogen todos los tiempos que han sido y los que vendrán. Por esa razón, el pasado se realiza, existe, solo desde el futuro. Canta y decanta la mente humana sobre sucesos que hipotéticamente sucederán. La literatura de la memoria siempre es traslaticia, reescritural, tiene más de epitafio que de historiografía.  Salvamos aquello por lo que creemos nos recordarán o simplemente queremos recordar. Paraplagiando un tweet reciente de Alejandro Jodorowsky, con cada poema, que es de cierta forma una toma del filme inconcluso de la vida, Irene López Kuchilán da un paso hacia el abismo. Quizás, como Jodorowsky, alguna vez también haya pensado: “No sé lo que hago, pero lo que hago me hace”.  Esa es la duda principal y la certeza de un artista.

Decir “Antes que se me olvide”, ya es ir olvidando y al mismo tiempo aceptar que el pasado está aún fresco, palpitante, dibujando hologramas entre fisuras y neuronas. Una aseveración tácita de que los hechos aritméticos, la biografía fetal, deberá venir plagiada con la mala memoria, la influencia y el mito. Irene López Kuchilán ha salvado del olvido un puñado de poemas, es decir ha reconstruido epicentros que estructurarán su casa de la memoria. Quince columnas, estaciones, episodios —que aludirán a la siempre desconfiable memoria episódica— de un vía crucis muy peculiar, que no es Calvario ni aflicción, sino fe de vida, testimonio de una mujer-pez que surca la jungla urbana cinematográficamente.  Y quince poemas es una cifra discreta, que como lector —cualquier lector y no un escritor-lector— habría que respetar. Pues nos advierte de antemano, con recato, que no estamos frente a una grafómana ni una memoriosa mitómana, sino frente a una sensibilidad selectiva. Que el oficio de cineasta, ese cortar y editar y narrar escenas, vidas enteras, con unos cuantos pases de cámara, lo ha ejercido a cabalidad también en la literatura.

Ya he dicho que uno no escribe para recordar sino para cambiar el pasado, adaptarlo a lo que debió ser, enmendarlo. Así que asumo que en este breve libro de marear, esta bitácora mínima, la poeta traza la cartografía marina del regreso a ese estado utópico —a veces desgarrante— del deseo. Y que las claves que lanza servirán para entender mejor quien es hoy la autora o lo que quiso ser, que lo que en un estricto sentido biográfico realmente sucedió. La poesía siempre debe asumirse como posibilidad. Ella misma lo dice: “No, no hay feria sin vanidades ni mentiras,/ pero en esta, las largas cicatrices que sanaron/ conviven con cortezas que protegen,/ y el velo deviene manto de renovada piel” (La poeta ausente; pág. 23)

Por eso no debe confundirse con una antología —de hecho no sé si es una selección de poemas antiguos o acabados de estrenar—, pero me atrevo a aventurar, lanzados como están los versos a borbotones, con ese ritornelo de asonancias e imaginería fónica, que son poemas que no responden a una progresión estética, a un tránsito formal. Si pertenecen a diferentes épocas el impulso es el mismo, los recursos engarzan entre ellos creando un espíritu de homogeneidad, una unidad grata de encontrar en un cuaderno poético, porque permiten sintonizar con una voz y un sello de autoría. También tienen el desgarramiento del ser que va de vuelta y no teme sentirse vulnerable ni expuesto ni busca una afectada perfección. Más bien poesía escrita para vaciarse, para explotar, por eso tiene la virtud de la autenticidad. Esto me hace pensar que son poemas que danzan en el memoria, pero que son, han sido, materializados desde otra madurez emocional. Irreverentes a veces, pero más llenos de certezas que de interrogantes.

Uno de ellos, especialmente, mimetiza esa poética hasta la apoteosis, logrando sin embargo extraordinarios momentos líricos: La danza del conjuro (pág. 37). Como cuando dice: “Tu órbita recorre desafiante/ senderos de incertidumbre./ Aguardas desde lejos entre mantras, / el retoño sosegado de la lumbre.” O más tarde se pregunta: ¿Dónde está la lista de los pasos,/ la letra de la marcha del conjuro,/ dónde queda el faro incandescente/ para el tramo del paisaje de lo oscuro?”.  Danza o ruego, hechizo y ensalmo, que se permite libertades —hasta cierto punto dudosas en la poesía—, como la enumeración de participios adjetivos que modifican y califican a las almas (renegadas, desahuciadas) o los exorcismos (fenecidos, reiniciados), con esa —d— fricativa tan tenue, que en algunas regiones de la lengua es casi imperceptible o se ha debilitado hasta omitirse, y que exige, por tanto, una pronunciación degustada, recitarlo con la precisión de un conjuro.

“Antes de que se me olvide” incluye además otras agradables sorpresas para el lector. Una cuidadosa edición de Advana Vieja, editorial en Valencia, España, que dirige con mucho tino Fabio Murrieta, querido amigo y coterráneo, con uno de los proyectos editoriales independientes más interesantes de la última década y reproducciones de obras del maestro Humberto Castro, en la cubierta e interiores, que tan bien ilustran la lírica de este cuaderno. Así como dos textos, un pórtico de Reina María Rodríguez y un epílogo de Emilio de Armas, que escoltan con gracia y definen a la autora y su poética. Lo que ellos han dicho, no me atrevo yo aquí a repetirlo, ya lo disfrutará el lector cuando navegue los zigzagueantes meandros, se detenga en las estaciones más crueles y reviva la pasión de esta mujer-pez que escudriña “cada resquicio de ranuras perniciosas” y convierte “en huracán alucinante” cualquier “primavera de tibia brisa”.

 Joaquín Badajoz 
(a contrarreloj, en The Roads, madrugada del 27 de julio, 2012)